Proyecto fotográfico inspirado en Samhain, tradición celta y los inicios de la actual tradición conocida como Halloween. Los pueblos celtas de antaño realizaban una gran ceremonia que tenía una duración de tres días con el fin de conmemorar el final de la cosecha, se celebraba el término de verano y la mitad de luz del año. En esta celebración se bendecía y los profetas daban información del año que estaba por venir. 

Se tenía la creencia que la última noche de Samhain el velo entre vivos y muertos caía y se le podía dar la bienvenida a los espíritus, sentir a los ancestros cerca. Razón por la que se prendían velas que se colocaban dentro de nabos para guiarlos en su camino (de ahí viene la tradición de tallar calabazas). Pero, así como los ancestros podían cruzar el velo también espíritus malignos. Por esa razón se encendían fogatas en sus hogares para ahuyentarlos además los celtas se vestían en pieles y maquillaban para confundir a los espíritus y que no fueran capaces de hacerles daño.  ​​​​​​​